miércoles, marzo 09, 2011

El Maestro Borrachín


Estuvo en San Francisco en los Sixties. Dice que nunca consumió nada de drogas, que con él no va eso, que todas son leyendas urbanas.

Terminó su gobierno con un altísimo nivel de desaprobación y es la prueba viviente que no existen pitonisos en política. Mujeriego, borracho, drogo, mal padre, etc. Todo se le ha dicho. El problema está que sus críticos ya no tienen qué más decirle. Un presidente como uno.

Salvo que su gobierno hizo poco o casi nada por desmontar justamente lo construido por el fujimorismo. Si alguien es responsable de la fuerza actual de Keiko Fujimori y la exigencia de orden y seguridad por parte de un buen sector de la población (que se divide entre el fujimorismo y el humalismo) es él mismo. "Esto de gobernar es papaya", dijo. Y allí están todas las cuentas de licor y comida (que no es nada nuevo ni exclusivo del gobierno de Toledo, ni de ahora ni de antes).

Lo interesante es lo que se viene, porque sus votos son los de PPK (ya se viene su perfil) y veamos si pasa a segunda vuelta. De hacerlo (nada está dicho) se verá obligado a negociar y quizá lo más alucinante es que quiera transar con el humalismo. Tirarse aún más hacia el centro. Y, claro en el lado de Humala hay varios que les pica por el poder. ¿Se atreverán a negociar?

De ganar la segunda vuelta, se desata y se viene el juergón.

1 comentario:

Ukju Pacha dijo...

no neguemos los logros de su gestión, al margen de su vida privada; sin embargo no nos asegura nada.