lunes, mayo 29, 2006

El verdadero poder, por Nelson Manrique



A seis días de las elecciones, nada está dicho, según la última encuesta de Apoyo, publicada el día de ayer por El Comercio, la cual concluye que existe un empate técnico, situado dentro del margen estadístico de error de más o menos 2%.

Estas elecciones han mostrado hasta qué punto la democracia peruana sigue siendo un precario taparrabos tras el cual se disimulan mal los intereses de los grandes grupos de poder que gobiernan realmente el país, más allá del formalismo de asistir a las urnas para votar. En este proceso, la mayoría de los medios de comunicación han cumplido un papel especialmente penoso, mostrando un total desprecio por la democracia, en lo que a manejo unilateral de la información, manipulación de las noticias y uso abusivo de los canales se refiere.

En lugar de entregar información objetiva, para que los ciudadanos puedan decidir responsablemente, han intentado imponer descaradamente al país los intereses de sus dueños.

Su uso abusivo ha demostrado que la libertad de empresa de los dueños no siempre corresponde con la libertad de prensa, entendida como el derecho de los ciudadanos a ser informados veraz y objetivamente.

Varios amigos me han interpelado por mi decisión de viciar mi voto. Aunque no pensé que ello interesara especialmente, me reclaman que tengo que pensar en mis lectores. Expondré, pues, mis razones.

La primera, y principalísima, razón por la cual viciaré mi voto es porque tengo el derecho soberano de hacerlo. Vaya esta réplica adelantada a quienes sostienen que estoy obligado a optar por alguno de los dos candidatos. No votaré en blanco, porque temo que manipulen mi voto en mesa. No apoyaré a ninguno de los candidatos, pues para mí es una cuestión de conciencia no votar por alguien cuestionado por la violación de los derechos humanos.

Esto sucede con Alan García, que hasta lleva de compañero de plancha presidencial a Luis Giampietri, el responsable militar de la masacre de El Frontón, y con Ollanta Humala, que es señalado por familiares de campesinos asesinados como el responsable de su desaparición.

Considero que se trata de hechos que deben investigarse y no concuerdo con quienes creen que los derechos humanos son algo accesorio y negociable.

La tragedia nacional que vivimos durante la década del 80 fue posibilitada en buena medida porque se aceptó que ese era el precio que había que pagar por nuestra paz: después de todo, los muertos eran mayoritariamente indios, cuyas vidas no valían tanto como las nuestras.

Finalmente, no acepto más que debamos resignarnos a que así son las cosas. Por esta vía el 2011 estaremos eligiendo -otra vez- el mal menor, seguramente entre Fujimori y Toledo. Si un cierto número de ciudadanos manifiesta su disconformidad con este circo, quizás podamos emprender un camino diferente.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto este articulo un poco largo pero interesante de Raul Wiener:


Poquita fe

Como en el viejo bolero, algunos dirigentes e intelectuales de la izquierda, recuerdan amargamente haber confiado tantas veces en los outsiders, que ya no les es posible volver a creer. Creímos en Fujimori, luego en Toledo, porqué vamos a hacerlo por Ollanta Humala si nos volverá a engañar. Los políticos improvisados, sin partido, sin programas, sin pasado claro, sin filtros en sus entornos, son un riesgo, claro que sí.

Millones de hombres y mujeres en todo el país están, sin embargo, decididos a jugársela, tomando cualquier riesgo, incluso el de ser abaleados por sicarios apristas, para detener la más vasta y poderosa coalición reaccionaria de nuestra historia, encabezada por Alan García, que trata de preservar las extraordinarias tasas de ganancia de los últimos tiempos, pero una parte de la izquierda, la más atildada y orgullosa de si misma, no acepta acompañarlos. Tienen un montón de motivos, pero la resultante de todos ellos es la parálisis más absoluta.

Ni Madre Mía ni el Frontón, es una de las principales consignas de la abstención. Y con ella se quiere decir que pueden ser equivalentes las responsabilidades de uno de los jefes políticos de la guerra sucia, corresponsable de la militarización del Perú, de la existencia de grupos paramilitares, de matanzas totalmente comprobadas, con las de un oficial de rango intermedio encargado de una base de operaciones de la selva, enmarcado en la política antisubversiva general, sobre el cual hay tres acusaciones específicas negadas y no terminadas de probar. .

O, convierte en iguales el hecho que Alan García y Giampietri hayan estado, por años, enfrentados a toda investigación sobre violaciones de derechos humanos realizadas por agentes estatales, tanto las que los involucran directamente, como las que recaen en otros mandos militares y autoridades políticas; y que Humala no se haya resistido a ser investigado por las acusaciones que le lanzaron los medios de derecha por su desempeño en el Huallaga en el año 1992. Que los casos no estén aún esclarecidos es una verdad obvia. No podían serlo porque se presentaron en plenas elecciones y recién están en fase de instrucción.

Pero el mayor error aquí es imaginar que Humala y los que están cerca de él representan algún tipo de política contraria a los derechos humanos hacia el futuro, cuando es el único partido que ha suscrito las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, que para muchos era el eje demarcatorio de una política de paz y reconciliación. ¿Puede sostenerse, en todo caso, seriamente que sucede lo mismo en el caso de Alan García?

Hay improvisación, lo rodean indeseables, hay oficiales montesinistas cerca suyo. Pero es casi una tautología que un partido armado en pocos meses, con alianzas tomadas por el camino y asesores llegados de distintos orígenes, sea un producto muy defectuoso. Todo depende, ciertamente, de lo que estemos discutiendo: si de los años que se deben invertir para conformar una estructura que pueda llamarse partido; o de la necesidad que tiene una gigantesca cantidad de peruanos de frenar la aplicación del modelo económico que afecta directamente sus vidas.

Algunos apostaron al buen partido, serio, con sus técnicos programáticos, sus comités, etc., y fueron eliminados de la contienda aún antes de poder competir, por un mecanismo que incluye instituciones, medios de comunicación, encuestadoras, etc., estableciendo ganadores y perdedores, antes que comience la campaña. Ollanta, en cambio, se metió por la ventana y no han podido sacarlo. Y, como es evidente, arrastró grandes defectos. Y algunos pueden sentir legítimas desconfianzas frente a ello. Pero lo esencial es que a pesar de ellas ha seguido avanzando en términos progresivos como lo hemos visto todos.

¿Y el montesinismo? En este punto se podría especular hasta el infinito si un coronel que fue secretario de un general de Montesinos, es en la actualidad, necesariamente, un tipo de nexo con sus antiguos jefes. También podríamos dedicar varias páginas a si le damos alguna seriedad a lo de la “farsa de Locumba” y la fuga con cubierta desde las alturas de Tacna, o que López Meneses alardeaba en la cárcel que él decidió la lista, etc. Aquí, lo esencial es que cuando le tocó hablar al ex asesor, su mensaje fue directo para García: así como me han creído cualquier cosa sobre Humala, hasta que es un “antivalor”, dicho por Montesinos, qué podría pasar si muevo lo de Mantilla y otros tratos con el APRA. El silencio del candidato sobre el punto en el debate presidencial, fue más que elocuente de que está con las manos atadas.

Podemos volver a declarar nuestra “desconfianza”, en el tema del entorno. Porque precisamente desconfianza, confusión, miedo, es lo que ha alimentado día a día la prensa chichi, que ha reemplazado a la prensa chicha del asesor, con sus mismos métodos, empeorados. Pero para alguien con formación política es inexcusable no tener la entereza de reconocer que nada puede ser mejor para los corruptos, que un corrupto comprobado llegue al poder. Y ese es un reto que está ante nosotros: ¿la presencia de Torres Caro, el coronel Villafuerte y aún de Siomi Lerner, en el grupo que acompaña a Humala; lo pone en el mismo plano que el candidato del BCCI, los Mirage, el Tren Eléctrico, la carne malograda, los dólares MUC, etc.?, ¿hay punto de comparación entre un Ollanta que trata de mantener el rumbo, a pesar de los muchos autogoles que se han producido a partir de sus seguidores, familiares y otros; con un Alan que representa a estas alturas a Toledo, Vargas llosa, Lourdes Flores, Rey, Fujimori, Montesinos, Romero, Vega Llona, Morales, Favre, CONFIEP, ADEX, COMEX, SNI, Sociedad de Minería y a la totalidad de los medios de comunicación?

El Programa

Nadie creerá, por supuesto, que los peruanos que votan por Humala lo que están haciendo es pedirle un certificado de conducta como el que se pretende, en los círculos intelectuales. Para el pobre, el excluido, el explotado, lo que hay claramente es una opción entre continuismo y cambio, que ellos ven claramente. Entre crecimiento con un puñado de beneficiados, frente a la propuesta de democratizar las ganancias, para forjar un Estado con recursos para el desarrollo y comprometido con la redistribución social. Esta contraposición que se ha sostenido en toda la campaña, a pesar que algunos decían que era fantasiosa o que se iba a blanquear en segunda vuelta, acomodándose a las circunstancias, es la clave los campos que se han dibujado en el Perú y que aparecen brutalmente confrontados.

Es de este conflicto que están desertando los abstencionistas. Algunos con argumentos increíbles como que les parece “populista” querer intervenir la economía para resolver necesidades sociales, o que se ha copiado mi programa, o que al final todos los programas son lo mismo porque sólo se emplean para mentir. En realidad, sólo una crisis ideológica de caracteres catastróficos puede explicar una caída tan profunda como la que se verifica en este tipo de argumentación. Lo elemental es que estamos ante una propuesta que forma parte de la corriente latinoamericana que apunta a modificar el tipo de relación que el país ha mantenido con la globalización y los Estados Unidos, que es el que está determinando a su vez las características del sistema de dominación interna, expresado en la hegemonía de las trasnacionales que explotan recursos naturales, asociadas con sectores del capital nacional que han aceptado la condición de socios menores, con tal de recibir su parte de las sobre-ganancias de estos años.

Es extraordinario que hayan personas que están todos los días en la lucha para que no se apruebe el TLC y que no aprecien el valor de la coincidencia que tienen con uno de los candidatos y no con el otro. Y podríamos seguir en el caso de los contratos mineros, las privatizaciones, el camino hacia la nueva Constitución, etc. Pero mucho más que esto. Se sigue hablando de improvisaciones, que no me gustó el debate, me aburrió, que llegó tarde, que no tiene programa, que soy socialista y no nacionalista; como si se hubiera quedado el ritmo y la soberbia de la primera vuelta, que tan duramente fueron castigados por el pueblo. Tal vez para algunos el militar radicalizado, su mancha desordenada, su programa hecho hace pocos meses, sean muy poca cosa para el nivel en que se consideran situados. Pero si esto es lo que dirige las decisiones de algunos intelectuales y dirigentes de la izquierda, entonces que no se quejen de los porcentajes cada vez más minúsculos de aceptación que tienen entre las masas. Ellas actúan bajo otros criterios, mucho más prácticos.

Si no entendemos y apreciamos el giro a la izquierda de la votación del 9 de abril, los mandatos y exigencias que llevaron a la población a definir su voto, no podremos ubicarnos en esta segunda vuelta y será cada vez peor en los episodios de la crisis que se viene por delante. Y eso le resta todo significado a fórmulas como desconfío y vigilo, porque para eso hay que saber qué vamos a vigilar: ¿A García para que no vuelva a preguntar “y cómo es la mía”, cuando se firme un contrato? ¿A Humala para que no apruebe el TLC? ¿A García como garante de la inversión extranjera? ¿A Humala para que revise los compromisos de estabilidad jurídica y tributaria?.

¿Otro Fujimori?

En 1990, la izquierda que había intervenido dividida en las elecciones generales, se encontró ante el hecho que sus anteriormente numerosos votos se habían corrido hacia un desconocido que no había ofrecido sino unas cuantas generalidades sobre la honradez, la tecnología y el trabajo, y que entraba a la segunda vuelta en ventaja sobre una poderosa candidatura de la derecha, aproximándose a la propuesta de la izquierda. No estaba planteado si teníamos que creer o no en ese liderazgo incierto (que nunca lo hicimos), pero tampoco podíamos igualar la duda a la certeza que teníamos sobre el plan reaccionario en marcha. No eran candidatos igualmente “no endosables”, a los que había que balancear defectos; y en última instancia, ¿quiénes éramos nosotros esas alturas para decir algo, si nuestros votos ya se habían ido?.

Para entender el “error” del año 90, hay que ubicarse en el contexto de la división, de la obvia falta de voluntad de poder que mostramos con nuestros actos y del programa rebajado que levantamos para esa circunstancia. Votamos por Fujimori para no quedar completamente desconectados de nuestras bases. Sin asuntos de confianza. Y nos distanciamos aún antes del final de la segunda vuelta cuando se empezó a revelar el giro a la derecha del candidato y, como PUM, rechazamos tajantemente la posibilidad de integrar el primer gabinete del nuevo gobierno, lo que determinó nuestra salida de Izquierda Unida. ¿Podíamos haber seguido otra política? Hubo quienes estuvieron por el voto viciado, pero ello es ahora intrascendente, aunque no deje de estar presente en los debates de círculos ilustrados. ¿Cuán responsable fuimos de lo que hizo Fujimori a partir del 8 de agosto de 1990, cuando lanzó el fujishock? Si se ve bien el principal problema no era haber votado por Fujimori, sino la debilidad del compromiso establecido alrededor del “no shock”. Esta posición era casi nada, por eso, cuando fue traicionada, no hubo forma de mover la situación para denunciarlo. Y por años, todavía la izquierda siguió afirmando que la mayor limitación era la falta de compensación social en el ajuste. Entretanto Fujimori iba aumentando su inversión en programas sociales, sin que sus críticos terminaran por darse cuenta, aunque lo hiciera con métodos clientelistas y autoritarios.

Muy diferente fue el caso de Lucio Gutiérrez en Ecuador, mentado también como ejemplo de outsider elegido con unas posiciones para gobernar con otras. En esta situación las fuerzas comprometidas en una propuesta nacionalista y progresista respondieron a la traición rompiendo con el régimen y a la postre derrocándolo. ¿Son culpables de haber ayudado a ganar un proyecto que pudo lograr mucho más pacíficamente aquello por lo que los ecuatorianos siguen peleando, y están conquistando con su esfuerzo a través de los años?

Finalmente, en el caso de Toledo, la discusión sobre el voto debe considerar los distintos momentos: (a) en la primera vuelta del 2000 era, hasta marzo, un candidato más, de una mancha de competidores con mínima opción que competían con el re-reeleccionista, y recién con el desinfle de los otros sectores de oposición quedó ubicado como una alternativa de fuerza. En esas circunstancias un sector de izquierda corrió su voto hacia él, con la idea de que no importa quién fuera, sino que ganara a Fujimori[i]. Evaluando este voto no hay como cuestionarlo a pesar que se colgó de un Toledo que carecía de todo mérito. El resultado ajustado de la primera vuelta, la crisis y la resistencia de Toledo a reconocer los resultados, cambiaron la coyuntura y dieron contenido democrático al nuevo liderazgo; (b) en la segunda vuelta, Toledo se enredó sólo y empujó al país a una patética confusión con sus declaraciones sobre el retiro de su candidatura y de que de todas maneras participaba, colocando a sus seguidores y a sus nuevos aliados en actitudes contradictorias: unos votaron por Toledo, otros viciaron su voto, otros simplemente no fueron a las urnas; (c) en la elección de 2001, Toledo ya no era el rebelde demócrata, y no pretendía ser más que un neoliberal, con promesas populistas y apertura a programas de concertación para encauzar los programas sociales. ¿Qué tenía en común la izquierda con esta propuesta? Muy poco, salvo que venía de una relación muy cercana con el candidato y que varios de sus cuadros se iban a ubicar en los espacios de políticas sociales del Estado, en cargos que terminaron complementando la gestión neoliberal. Es sintomático que algunos de los que llevaron la relación con Toledo hasta su incorporación en altas responsabilidades públicas de confianza, sean hoy los que mayores desconfianzas tienen hacia el nuevo outsider, pretendiendo dar lecciones sobre las diferencias entre una asociación política seria de una improvisada. ¿Será que una estaba bien soldada con el sistema financiero internacional, y la otra aún cuelga del aire?

Hay que aprender de los errores. Eso es indiscutible. Para no repetirlos y no cometer otros distintos. En el 2006, estamos en el trance en que estamos, en gran medida por lo que hicimos mal los años y meses anteriores. La división que se produjo para esta elección repitió lo que ya habíamos vivido en 1980 y en 1989-1990, como si nada hubiéramos aprendido. Y otra vez nos descartamos como fuerza con voluntad de poder, capaz de disputar con los partidos del sistema. Ahora estamos en el momento de ahondar los errores o detener la caída. Un sector de la izquierda ha entendido este problema como la obligación de apoyar el esfuerzo final por el triunfo del nacionalismo de Ollanta Humala, con todos sus defectos. Pero otro sigue al margen, porque cree que no pasa nada que tenga que ver con ellos. Es el pueblo el que se ha equivocado al no escogerlos. Que siga en su error. Parece que eso es todo lo que tienen que decir.

Raúl A. Wiener F.

28.05.06

f.d. dijo...

Por suerte los espacios virtuales permiten expresarnos y dar nuestro punto de vista informándonos e informando más y MEJOR, ya que tenemos una televisión manipulada con un periodismo sumiso. Me apena ver periodistas como Cecilia Valenzuela hacer campaña con total desparpajo a favor del APRA por encargo de su jefe mayor. Mienten, algunas veces, de una forma descarada. Bayly me hace reir pero casi no es peruano, vive en Miami (hablo del pensamiento). Vargas Llosa, con el gran "amor" que le tiene a su patria, se nacionalizó español. Por tanto, son personajes que no pueden opinar. ¿Qué derecho tienen de opinar y expresar a que inclinemos nuestro voto a García? Son personajes que viven tapándose la nariz y de extrema derecha. Jamás se identificarían con el voto popular (que está en su derecho). Sin embargo, Humala tampoco es una opción, ya que Las razones, al margen de violaciones de derechos humanos, son claras.

Para generalizar, estoy seguro de que con García, la corrupción y la impunidad aumentaran de una manera desproporcionada. Y si de Humala se trata, nuestra economía, hasta hoy estable, se podría fraccionar y eso para nada es bueno.

La democracia de hoy y desde hace unos años atrás, sólo ha servido para que el rico sea más rico y el pobre ya sabemos. Lamentablemente no hay un representante. Hubo algunos, pero ya no están. Y el pueblo peruano siempre tendrá el presidente que se merece, por su ignorancia, por su desinformación, por lo que nos vende la "cultura" peruana en sí, por hacer todo lo que le dice la televisión.

Por tanto, yo también viciaré mi voto.

Anónimo dijo...

Hace unos dias publiqué un largo comment sobre mi indecision respecto al voto. Tengo que confesar que cada vez me es más tentadora la idea de viciar el voto. Me da pena, pero en todo caso asumo el voto como una decisión de todos los que, como yo, estamos en desacuerdo con que se piense que estos sujetos se llevan nuestra aprobación. Habrá que estar vigilantes desde ya, y apoyar el fortalecimeinto de lo que consideremos una buena alternativa política para el país. Me niego a que mi hermano menor tenga que elegir entre Fujimori y Toledo.

Anónimo dijo...

Interesantísimo el análisis del porqué votaré nulo, dejan entrever que más lo hacen por darle un "escarmiento" a García que a Humala, porque al primero le pudieron probar sus delitos y al segundo no, porque recién fueron denunciados en plena campaña política y está en la fase de "instucción"; al primero ya le prescribieron sus delitos y al segundo recién se le prescribirán en .... unos años?. Mi voto nulo ayudaría más al primero que al segundo, así que voy a votar por quien ofrece un cambio para mejorar el futuro, con la otra opción dizque "responsable", todo va a seguir igual que hoy, la tan mentada "democracia" va a dar cinco años más de riqueza y progreso para los que más tienen y más pobreza para los pobres.

Anónimo dijo...

tiembla el viejo regimen ... y ustedes, tiemblan o no??????

la tarea ahora es ... romper la ley seca y la veda de encuestas !!!!

xxx dijo...

Yo encontre este de Hildebrandtaqui:

Por qué no votaré por Alan? By César Hildebrandt

No lo haré porque no puedo renunciar a mi memoria. No puedo lobotomizarme. No quiero olvidar lo que vivimos entre 1985 -1990. Esa francachela de vanidades y vulgaridades. No puedo votar por Alan García porque así ayudaría a sentar el precedente de que en el Perú no hay castigos ni veredictos ni escarmientos.

Que los peruanos somos menos que los monos que, en los experimentos conductistas, aprenden a no tropezar con el mismo error para ganarse el alimento.

¿Qué lección le daremos al mundo los peruanos? ¿La de que premiamos, al hombre que estuvo a punto de desaparecer el Estado como autoridad y a la moneda como instrumento de cambio?. ¿La de que somos una turba de cándidos con taparrabos que volvemos a subyugarnos ante el encanto de unas promesas lanzadas por quien no cumplió antes ninguna? Si elegimos a García nos estaremos pronunciando ante el mundo como un país no sólo indescifrable sino enfermo, socialmente lisiado.

Porque premiaremos a quien no ha expiado sus culpas, no ha corregido su programa, no ha rectificado rumbos y, encima, tiene el cuajo de repetir las cantaletas de 1985, rodeado por los mismos personajes siniestramente mediocres que tomaron el Estado por asalto, protegieron a una industria de incompetentes, llenaron la planilla del Estado con sus sectarios, se robaron los certificados en dólares, nos convirtieron en parias internacionales, se ensañaron dos millones de veces con el sol hasta volverlo inti - piltrafa, mierda, nada, centavo de centavo -, nos empujaron al trueque, vaciaron las bodegas y los mercados de productos de importación, hicieron negocios turbios que costearon luego exilios dorados, robaron como Mantilla, mintieron como Saberbein, medraron como Melgar y se cagaron en el país como lo hizo el fugitivo Víctor Polay por un túnel en los días finales de ese lustro.

¿Cómo olvidar esto? ¿En nombre de qué senderización de nuestras almas puede un peruano premiar esa gestión con otra, ¿Qué clase de zarrapastrosos del ánimo somos? ¿Qué clase de esclavos chancas, prisioneros pocras, fugitivos chimúes y totalitarios incas nos habita? ¿Nos ocupa un marqués virreinal, un oidor servil, una mujerzuela con miriñaque y yeso en las mejillas? ¿Largo tiempo el peruano oprimido, otra vez?.

¿De qué fustán venimos para ser el pueblo que se obstina en recompensar a quien lo esquilmó y lo decepcionó? ¿De qué parajes humillados nos viene esa capacidad para ser indignos?. No puedo permanecer callado. Y sé que lo más probable es que no persuada a nadie.

Alan García no es una opción es un tiro en la sien de la dignidad nacional.

Roberto dijo...

"tiembla el viejo regimen"

el viejo régimen está más feliz que nunca, lenin.

ayayay, los que ven a humala como nuestro líder socialista ya están quemando feazo.

como en la época de velasco, los grandes empresarios van a estar allí con humala, sirviéndole de soporte, diciéndole finalmente a quién sacar y a quién poner (bye bye tapia). los militares van a estar allí para decirle, compadre, ¿somos un solo cuerpo o no? y al tacho el impulso de cualquier investigación sobre delitos de lesa humanidad (humala repitiendo hasta el hartazgo de los delitos productos de "ese flagelo que fue el terrorismo"). la iglesia va a estar allí para asegurar que las buenas costumbres continuarán.

que la prensa de derecha tiembla, sip. pero los grandes empresarios andan tranquilos y siempre poniendo sus fichas en todos lados para nunca perder.

mayu dijo...

interesante lo de wiener. alguien que se dice neutral y defiende a Humala. Se podría decir que la gente se alínea a un mal menor por más que no quieran elegir.
aparece el candidato del último recurso, en un hipotético caso donde estamos entre la espada y la pared. si no se pudiera votar nulo, por quién votaríamos?.
Por suerte podemos votar nulo y distanciarnos de los personajes de la estrolla. dejamos que otros elijan al ganador y protestamos con el voto garabateado. Pero, me pregunto cuántos de los que dicen que van a votar nulo votarían por Alan si este no estuviera arriba en las encuestas?. y viceversa, cuántos votarían por Humala como último recurso?. a ver deschávence! a quién odian menos? a quién le creen un poquito más? finalmente alguien va a ganar y no lo podemos evitar. una cosa es el voto de protesta o el voto vigilante o como quieran llamarlo, pero, quién sería el verdadero mal menor? como jugando, sida o cancer?... yo prefiero sida, para eso hay pastillas.

Loqal dijo...

no creo que sea tan asì, morsa. de verdad que estàn aterrados los de la derecha, con la idea de humala presidente. saben que todos los acomodos que mencionas ocurrirìan con garcìa, pero humala y el rollo no TLC, presencia del Estado en àreas estratègicas y el nexo con Chàvez y Morales los aterra. es la suma de todos sus miedos.

Loqal dijo...

el mal menor es ollanta, para mì al menos. si sale alan garcia me va a dar mucha verguenza, seremos el hazmerreir mundial. a la gente parece no importarle eso, y se aferran a la idea de que humala es el cuco. no me gusta humala pero entre la megacoalicion reaccionaria y el comandante radical, me quedo con el segundo, que es mas atolondrado claro, pero los otros si son la conchudez en persona.

Anónimo dijo...

no pues morsa, eso ya me parece un purismo exagerado cuyo producto final es que nada cambie. critico todo, todo me apesta y me niego a todo. con eso solo gana el status quo. obviamente nada cambiará.
es evidente que humala no es nada parecido al socialismo. es evidente q en el mejor de los casos es un nacionalista. pero en un contexto internacional en que la globalización pronorteamericana es "lo correcto" el nacionalismo es progresivo. depende de nosotros y de la gente, "del pueblo y sus vanguardias" el darle un contenido más radical a esas propuestas.
es evidente que si firmamos el tlc con alan, seremos un tipo de país y si no firmamos el tlc con humala seremos otro modelo de país. es evidente que si gana alan habrá ganado el conglomerado "mas reaccionario" de la historia y si gana humala ese conglomerado representante de las grandes corporaciones y las peores mafias se romperá. depende de ti y de nosotros que no sea reemplazado por otra mafia, pero no le niegues al país el derecho de cambiar porque a ti te apesta todo.
el viciado no va a ganar, eso lo sabes bien, así que lo unico que estás logrando con tu posición es darle el poder a alan garcía. porque ya lo dijeron antes...aca la cosa es entre dos opciones: el voto viciado no cuenta, no es opción. el domingo en la noche gana alan o gana humala. si gana alan, tendremos que agradecertelo a ti y a los viciados que no se quieren ensuciar las manos ni la nariz con el país realmente existente.

velasco fue un gobierno en que las tendencias se sacaban la ñoña a su interior. había un lado progresista y un lado facho. el lado progresista hizo lo que nunca nadie hizo en el país. y no necesito abundar en ese rollo, que me imagino ya lo habrás estudiado cuando leiste a cotler y a pease en los cursos de ccss de letras. el marcó "el ocaso del poder oligarquico".
hay que revisar esos textos compadre, porque decir que los grandes empresarios estuvieron ahi para decirle lo que había que hacer y decir también que los militares eran un solo cuerpo es por decir lo menos una enorme mentira. velasco rompió la oligarquía financiera, rompió a los exportadores primarios y rompió el latifundismo.

en este caso, ante la incapacidad de todas las dirigencias de izquierda, de hacer algo sensato, la irrupción de humala hará, espero, las tareas que este país requiere para no volver a convertirse en un campo de guerra, donde la gente muerta de hambre, vuelva a recurrir a la violencia por que nadie hizo nada porque las cosas cambiaran.

y con todo respeto por nelson, creo que el, cuando esté a solas, a punto de marcar su voto, votará finalmente por humala. es gracioso como en sus articulos le da palo a mansalva a alan y solo le dedica un par de lineas a humala.

yo voy a votar por humala y si gana, a partir del día siguiente voy a estár(espero acompañado de algunos partidarios del voto viciado) presionando y jodiendolo a humala para que cumpla con lo que le ha prometido al país publicamente el día del debate. el no hacerlo -y el lo sabe muy bien, porque lo ha dicho- significará que a los 5 meses será derrocado porque la gente ya no espera a nadie. sino preguntenle a la izquierda, o sea al 1% del país.

El Rika dijo...

Pues en el fondo, pero bien, bien en el fondo y a pesar de todas las sospechas y comprobaciones; también prefiero un poquitititito más al Comandante. Pero bueno, la verdad es que los dos están bastante lejos de pasar el umbral de lo que es aceptable para mí. Así que ni hablar. Yo voto por César Cueto.

Ahora bien, lo que dice el Morsa no me parece descabellado. Al fin y al cabo, es un fenómeno recurrente en la experiencia histórica peruana.

Si bien eso que podríamos llamar la derecha y el grupo de los grandes empresarios parecen estar más cómodos con García, como dice Postal, pues no tardarán en reacomodarse con Ollanta. Una cosa es que estén aterrados —como cuando el ingeniero arrimó al “señor Vargas”— y otra es que no vayan a acomodarse rapidito como lo hicieron con Fujimori

Ollanta puede tener un discurso radical y que suena socialistón, pero no parece tener los cuadros para ejecutar una verdadera reforma y eso es fundamental. Yo más bien creo que todo se puede quedar en discurso y que puede repetirse el fenómeno de los noventa. El pánico existe, pero nuestra derecha es una malagua.


Pd. Pajazo mental:

Sospechosa publicación la del librito de Montesinos. Obviamente sabe que perjudica a Alán.

La ecuación parece fácil: Montesinos es una cagada, siendo una cagada y repudiado por tutili mundi, recomienda votar por Alan, esto beneficia a Ollanta que aparece como el adalid anticorrupción.

Entonces: ¿debemos asumir que Montesinos de verdad se preocupa por el “imperialismo” de Chávez cuando parece que lo cobijó y que fue por presión de la oposición venezolana que se le capturó? ¿Habrá un vínculo entre Montesinos (vendedor de armas para las FARC), las FARC y el Gorilón que ya le abrió las fronteras a la guerrilla colombiana? ¿Podría ser que Montesinos esté interesado en que gane Ollanta?

¿Locumba II?

Unknown dijo...

Humala no es la suma de todos los miedos para las derechas. Ya en el 90 se acomodaron con el que poco antes era el cuco para ellos. Ahora están más asustados, es cierto, porque existe Chávez y existe una tendencia reivindicativa en todo el continente, y eso no había hace 15 años. Pero muchos se van a acomodar como lo han hecho muchas veces.

No hay que dejar de tomar en cuenta que no es una sino muchas derechas. Algunas claramente fascistas, otras liberales, otras rentistas, otras emprendedoras, otras transnacionales, otras mafiosas, etc... Por ejemplo, en la época de Velasco se golpeó a las viejas oligarquías, pero también se propició el crecimiento del grupo económico más importante de las últimas décadas: el de Romero, que en esa época se hizo con el Banco de Crédito.

Ya hay una derecha trabajando con Humala, la de Mekler y esa people. Veremos qué pasa si sale (¿la última encuesta de apoyo fue una maniobra para asustar a los antihumalistas o un sinceramiento para no hacer tanto roche cuando se haga evidente que sus sondeos anteriores estaban falseados?)

Anónimo dijo...

receta para pensar como votar si no existiese la posibilidad del voto blanco/viciado:

1) si nos apuntan a la sien con una Beretta, calibre 32, automática, y nos piden votar por UNO de los candidatos.

2) si NO estamos dispuestos a perder la vida por un voto.

3) decidir por la concha en forma de estrella, o por la olla de los caníbales.

En mi caso, personalmente, es la olla....o la vida.

Concuerdo con elrika. La derecha, o mejor dicho, los grupos de poder mas conservadores, veran como se perfila Humala, si gana, antes de largarse o, de lo contrario, darle su apoyo. Como todos sabemos, el gran lastre que lleva el Peru son las estructuras mentales coloniales enquistadas en nuestras cabecitas (desde los sectores A hasta la Z). Ergo, como ya antes lo han dicho (me parece que Rafo Leon en una entrevista), si estos grupos de poder ven que Humala es una garantia para mantener este status quo, pues lo apoyaran, ya que simplemente lo veran como el caporal (como lo fueron Velasco - si Lenin, lo que dices es verdad en parte pero no lo idealices tanto-, Belaunde, Garcia, y Fujimori), que les hace el trabajo sucio conteniendo y poniendo en vereda a la "indiada" (entiendase por "indiada" todos aquellos grupos que incluyen "cobrizos" y "blanquitos" que no tengan recursos frente a las arbitrariedades del poder).

Asi de simple es la chanfina. De otra manera, si Humala hace las cosas que ha prometido o se vuelva mas radical, estos grupos de poder o intentaran desestabilizar su gobierno o terminaran largandose del pais.

Personalmente creo que Humala terminara transando simplemente porque no tiene la capacidad ni la gente para hacer los cambios que supuestamente quiere hacer. Y si esta hipotesis esta en lo correcto, pues terminara gobernando a partir de los consejos que Chavez le diga al oido como para estar sucediendo con Evo Morales.

Igual, con todo esto, si me apuntan con un pistola, votaria por Humala. Por Alan Garcia...JAMAS!!

Y sobre la practica onanista que tambien plantea el rica pues claro que tambien es probable (que no lo es ahora en el Peru). Sin embargo, es sospechoso que, si esto fuera cierto, que Damian no haya hecho hasta ahora un claro y contundente deslinde de Vladi, mas aun en el debate que fue la mejor oportunidad que tuvo. Conociendo lo rata inmunda de cloaca pestifera que es Damian, uno de nuestros paladines de la cleptocracia, me parece que es mas facil y probable que Damian haya pactado con Vladi y Fuji, a que nuestro "democrata" Comandante lo haya hecho antes.

Bueno pues muchachos y muchachas, a sujetarse fuerte nomas, a saber pelear y resisitir, que no nos queda mas que vigilar estos cinco años que nos vienen.

Roberto dijo...

a lenin:
"en un contexto internacional en que la globalización pronorteamericana es "lo correcto" el nacionalismo es progresivo"
"el viciado no va a ganar, eso lo sabes bien, así que lo unico que estás logrando con tu posición es darle el poder a alan garcía. porque ya lo dijeron antes...aca la cosa es entre dos opciones: el voto viciado no cuenta, no es opción."

en fin, si hay algo más principista que eso, ni hablar.

hay muchos modos de ensuciarse las manos. no creo que la política empiece o acabe con el voto en el ánfora. es una opinión y mi opinión es similar a la del rika. humala es menos peor que alan, a mi gusto, pero sigue siendo peor. dejémoslo allí y veamos qué hacemos el 5 de junio en adelante.

lo de velasco. sí, fue interesante. pero ojo que también fue como una forma de hacer cierto control frente al avance de la izquierda radical en los sesentas. no propiciar la revolución sino una reforma. da para otra conversa.

y montesinos y el libro. lo acabo de leer (más abajo pongo el link al libro). parte de una muy buena pregunta: si chávez no es el gorila idiota que la derecha ve, ¿por qué sus acciones aparentemente equivocadas? (sus declaraciones a favor de humala que terminarían favorenciendo a garcía).

la hipótesis que maneja es que chávez está apuntando a un escenario polarizado post elecciones, donde él pueda decir "pueblo peruano, hermanos, se los dije, ahora déjenme que los salve".

interesante de todas mangas.

Roberto dijo...

me olvidé del link:

http://weblogs.elearning.ubc.ca/peru/archives/AJEDREZ.pdf

lucia dijo...

Aún no decido cómo viciar mi voto (ni estoy 100% convencida de hacerlo). Se me ocurría escribir "no sé si prefiero a mi papá o a mi mamá" porque en esas me encuentro. Mi admirada, inteligente y precavida madre vota por Alan sólo porque prefiere que un PARTIDO gobierne, para tener a quien exigirle cuentas y no a un ente abstracto de oportunistas o improvisados. Dice que espera que los nacionalistas pierdan, se organizen bien, adquieran fuerza y si quieren ganen las regionales. Mi radical y apasionado padre es todo lo opuesto, usa en su lenguaje palabras como "blancos, oligarcas, búfalos", satura mi bandeja de entrada con artículos, los escribe y denuncia el mega fraude que vivimos con estos medios que supuestamente velan por la democracia. Estoy entre los dos, aunque un poco más cercana a mi papá y por ende, cercana a votar por Humala, aunque no creo que lo haga. Pero siento que dejar que Alan gane, viciando (aunque a estas alturas no se sabe tanto) es ser un poco cómplice del grupo poderoso que desprecia diariamente a los que necesitan con urgencia vivir en igualdad. Y me molesta.

Anónimo dijo...

Lucia;
creo que el argumento de tu mama no se puede sostener. Que cuentas se le pidio a Damian y el APRA despues del desastre y la orgia cleptocrata del 85-90??...pues NADA de NADA. Y ya ves, ahi los tienes a todos vivitos y coleando y listos para asaltar una vez mas.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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