De canibal a su majestad, por Eduardo González Cueva

fuente: www.peruenrumba.blogspot.com

Hace casi un par de siglos un dictador europeo, desterrado por la comunidad internacional, logro escapar de su exilio para reclamar nuevamente el poder.

Al enterarse de su fuga, uno de los principales periodicos titulo la noticia "El canibal ha escapado de su madriguera". Dias despues, sin embargo, conforme el despreciado caudillo convertia su fuga en exitosa rebelion, los titulares empezaron a cambiar. El canibal del primer dia, paso a ser "ogro", "tigre", "monstruo" y "tirano", de acuerdo a su avance y a la cantidad de tropas que se pasaban a su lado, en vez de combatirle.

Cuando se hallaba en Lyon, el "tirano" ya no era mas que "usurpador", y cuando estaba a 60 horas de marcha de Paris, habia recuperado su apellido: Bonaparte. Un dia antes de su entrada a la capital era "Napoleon", y el dia de la llegada ya era "El emperador".

Al dia siguiente de su entrada triunfal en Paris, el mismo periodico que le habia llamado "canibal" titulaba asi la noticia del dia: "Su Majestad Imperial y Real llego ayer por la tarde a su castillo de las Tullerias, rodeado de sus leales subditos".

Sin llegar a esos niveles pateticos, la prensa peruana ha convertido a Garcia, antiguo epitome de desgobierno y corrupcion, en estadista de talla. El "preso contumaz" que -junto a Guzman y Vargas Llosa- habia conformado el eje del mal bajo el fujimorismo y contra el que tanta tinta y bilis se virtieron, de pronto deviene en politico maduro, responsable, capaz de aprendizaje.

Confieso mi candor. Cuando -poco despues de la huida de Fujimori- volvio Garcia, yo abrigaba la secreta esperanza de que le arrestaran al bajar del avion. Como sabemos, en lugar de un fiscal le esperaba el pueblo aprista con banderas. Esa noche corri a la Plaza de Armas para ver con mis propios ojos de que tamanho era la amnesia de nuestro pais, y me confundi entre las 50mil personas que aplaudian a Garcia mientras recitaba los versos de Calderon.

Poco despues, mientras lamentaba la perdida de mi celular, vi al retornado abrir los brazos en gesto reconciliatorio para referirse a quienes le habian deseado el mal e impartirles el mas amplio perdon. "Yo les perdono" dijo el jefe de Mantilla, el creador de los dolares MUC y la hiperinflacion, el traficante de Mirages, el responsable politico de la masacre de los penales, el que se paseo entre los muertos de Los Molinos.

Pasaron los anhos y volvi a ver a Garcia de cerca. Esta vez en una sala oscura y solemne donde la Comision de la Verdad le habia citado en audiencia publica para que respondiera a cuatro preguntas sobre la estrategia antisubversiva aplicada en su gobierno.

Por supuesto, la ingenua buena voluntad de la Comision, que hizo preguntas abiertas y se abstuvo de hacer repreguntas, fue correspondida por el abuso. Garcia, que se habia hecho rodear de jovenes apristas, hijos de alcaldes asesinados por Sendero, convirtio su testimonio en una "acusacion historica" contra Guzman y en larga exposicion que ilustro al pais como fue su gobierno el que sento las bases para la derrota definitiva del senderismo. Garcia se permitio el lujo de defender al gobierno de Belaunde con razones, luego de que Paniagua -en una olvidable presentacion- intentara defenderlo con olvidos y negaciones. Y para completar la faena, explico pedagogicamente al pais que la comisionada que habia dicho que Sendero era un partido politico, tenia razon. No le dedico mas de un par de frases a Accomarca y a la masacre de los penales. Ignoro Cayara, Los Molinos, y las acciones del Comando Rodrigo Franco.

En ese momento supe que el canibal seria emperador. El preso contumaz seria presidente, porque el unico rival que tenia en la politica peruana, la unica persona capaz de combinar -como el- astucia, voluntad y desfachatez habia huido al Japon.

Pero -por mas que vea a Garcia como presidente virtual- no deja de parecerme jocoso que nuestra prensa carezca de la minima ironia que indica la presencia de alguna inteligencia. Que "La Republica" y "Caretas" favorezcan a Garcia no es novedad; pero que "El Comercio", "Peru 21" y los diarios ultraderechistas del grupo Epensa lo hagan es digno de nota.

Lo digo claro: mi rechazo a Garcia no parte de un apoyo a Humala, ni implica un rechazo al partido aprista. El humalismo me parece un fenomeno pasajero, una furia superficial y sin horizonte. Por otro lado, reconozco en el Apra al unico partido solido del pais. Pero, simplemente, siento que no podria dormir tranquilo votando por un partido que lleva de candidato a Garcia.

Tal vez lo que ocurre es que aun me puedo dar el lujo de tomar decisiones morales: no tengo acciones en ninguna minera, no soy socio de ninguna trasnacional, ni trabajo para el Estado. Simplemente soy un ciudadano de a pie capaz de recordar las cosas que ocurrieron hace veinte anhos. No cuenten conmigo para aplaudir a su majestad imperial, cuando entre a las Tullerias.