
(Kuraka, por Juan Acevedo, circa 2006)
El Comandante Kuraka no entiende aún qué ha pasado entre el 2006 y el 2011. Presume, porque así se lo soplan al oído sus asesores, que fue la campaña de demolición y no sus propios errores los que lo han llevado a ese nivel en el que se encuentra. Cree que representa al voto antisistema, cuando en las zonas rurales él representa más bien el voto autoritario. No por gusto donde antes él tenía las preferencias, ahora las tiene Keiko Fujimori.
Pero, más fácil, es echarle la culpa a las encuestadoras y ahora a la embajada norteamericana del problemón. De allí que, en efecto, no pueda con su genio. Durante meses estuvo negociando con varios movimientos y grupos afines de izquierda y a todos les dijo que sí: ¿Aborto? Entra. ¿Demanda de los LGTBI? Pasa. ¿Aumento de salarios? También. A cambio, el comandante exigía orden y respeto.
La lectura por parte de los asesores le decían que la escalada de protestas debía ser acumulada alrededor de su figura. Lo que los asesores no le decían (¿no se percataron? ¿sus modelos teóricos les impedían ver lo evidente?) es que esas protestas no significaban en lo absoluto un rechazo profundo al sistema. Sinesio López ahora ha acuñado el nuevo término (LR, 11/02/11): "temporal disonancia cognitiva y política", que, en otras palabras, es algo así como que el pueblo sabe pero no se da cuenta todavía. Antes, eran las masas manipuladas, ahora es la confusión generalizada. Es un problema de comunicación. Temporal disonancia cognitiva y política era el mismo argumento del gobierno aprista cuando fue lo de Bagua. Solo que suena más divertido del lado de López.
Lo que no se dan cuenta los dilectos asesores del comandante, es que las masas han desaparecido. El pueblo no existe más. Estamos más frente a lo que Chatterjee llamaba la sociedad política, personas que se agrupan y desagrupan de acuerdo al problema de turno y cuyo comportamiento es más bien inorgánico. Querer convertir cada protesta socioambiental en una expresión de pueblo organizado ad portas del socialismo, es mucho más que wishful thinking. Nuevamente, el comandante tenía popularidad el 2006 en aquellos lugares donde Keiko Fujimori tiene más jale. Pensar que es un tema de comunicación, es subestimar al votante.
El último problema es el mismo comandante. Sí, como hemos señalado líneas arriba, ha puesto su firma en cada demanda de las oeneges y movimientos de la sociedad civil. Bacán. El asunto es que al momento de dar la cara, más bien sale el militar, el que lleva el crucifijo debajo del polo blanco. No por gusto salió a decir que él, como todo padre de familia, va a defender la vida de su feto recién concebido. O, como ha trascendido, esto de los derechos de los LTGBI él no va a defenderlos públicamente.
El comandante kuraka, en su estado natural. De eso se trata el nacionalismo: valores nacionales, idea de familia, transmisión de valores nacionales a través de la familia, rol de la mujer dentro del modelo, etc. En fin.
Veremos qué pasa con los amigos que se han puesto la camiseta blanca y han salido a trotar también con el comandante. Qué va a pasar el 11 de abril y cómo se va a enfrentar el desafío de construir algo que sobrepase las elecciones.
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