Al preguntarse desde cuándo está la coalición dominante uno podría remontarse hasta el civilismo- o a la conquista española-, ya que de lo que estamos hablando es de la élite en el Perú, que a grosso modo ha sido siempre la misma. Pero no retrocedamos tanto, y recordemos que en el país las divisiones de la élite han sido crónicas, y causantes en parte del atraso nacional. Podríamos decir que un primer momento del nacimiento de esta coalición son las reformas neoliberales de Fujimori. Ante la debacle ochentera, quedaba claro que el Estado debía garantizar la gran inversión privada en el país, o no habría desarrollo. Pedro Beltrán revival.
El empresariado local, como siempre, asumiría su papel histórico de socio menor del capital trasnacional, brindando su valioso aporte de “gran conocedor del mercado peruano”. Así, abogados, ingenieros, presidentes del directorio, gerentes generales, mandos medios, empleados, proveedores, etc., podrían ganarse la vida en las empresas que llegaban. La inversión da trabajo. Claro que con sueldos abismalmente diferenciados entre los que mantienen la articulación con el capital, y los que son empleados locales de estos últimos.
Desde entonces hasta la fecha, casi veinte años después, los resultados del modelo neoliberal en el Perú son sorprendentes. Más allá de los indicadores repetidos hasta la saciedad como el crecimiento económico, el boom de la construcción, los aportes de la minería, el grado de inversión, etc.; basta hacer memoria para admitirlo: el Perú del 2008 está mejor que el de comienzos de los noventa.
No hay que ser, sin embargo, tan entusiasta. Los índices de pobreza se han movido muy poco, crecen las utilidades y los salarios se estancan, la infraestructura es deficiente, los servicios estatales son pésimos, etc. Es decir, no hay mejoras en el problema principal del Perú: la desigualdad. La desigualdad ha empeorado con el neoliberalismo. Otra vez no es necesario recurrir a las cifras sino a un ejercicio: pensar en Asia, los Audis, las camionetas, La Planicie, el Markham; y luego pensar en Huancavelica, Pamplona, los dateros, Essalud, la educación rural, etc.
La megacoalición reaccionaria es la gran franja en la élite peruana que se ha privilegiado a lo grande con el neoliberalismo y no tiene ninguna voluntad redistributiva a la fecha. Más aun, sus integrantes darán batalla contra cualquier iniciativa distributiva que trascienda el nivel discursivo, o pase el límite de solo echarle la culpa al Estado. En ese punto, desaparecen las diferencias entre fujimoristas, apristas, pepecistas, castañedistas, accionpopulistas, que se pelean por ocupar los cargos que administren el gran negocio y administrar el presupuesto público, y en el marco de esa pelea se ven las denuncias, acusaciones, pujas, etc. Pero la pelea no es, nuevamente distributiva.
La diferencia con los ochenta y antes, además del modelo económico, está en que en la oficialidad ya no existe la izquierda ni las posiciones progresistas. Fuera de la megacoalición están los caviares y los subversivos.
Entre los caviares están las ONG, los universitarios y en general cualquiera con preocupaciones humanistas, sociales, artísticas y que se sienta asqueado por el festín desigual. Pero no nos engañemos. Los caviares somos (además de desorganizados) buenos para la crítica y malos para la gestión. Los caviares no merecen gobernar el país, como parecen creer algunos entusiastas, ahora del otro bando. Por algo están donde están electoralmente, los votantes no son tontos.
Los subversivos son más y más a la izquierda. No digo subversivos porque sean realmente subversivos, sino porque es como se les pinta y se les considera desde las orillas desde la megacoalición (igual pasa con el término caviar). Me refiero aquí a los Humala, los cocaleros, el SUTEP, los que tiran piedras en las marchas. Los que tienen razón en sus quejas, pero que tampoco podrían gobernar bien el país: por falta de capacidad, organización, improbable honestidad, entre otros. Pero a diferencia de los caviares, sí podrían ganar las elecciones, como casi ocurre en el 2006.
Termino con el giro necesario para completar grosso modo la idea: lo de megacoalición reaccionaria viene porque, ante la posibilidad de perder el modelo neoliberal (festín desigual), la megacoalición es capaz de sacar las garras y reprimir con vehemencia a quienes se oponen al "desarrollo nacional" (perros del hortelano). Y así se privatizan los puertos a la mala, se declaran los proyectos mineros de “interés nacional”, se golpea al SUTEP, se vende la selva, se desconocen las marchas, se deja a Cusco sin APEC, etc.
Con la alianza estratégica con el gran capital, y los problemas de los caviares y subversivos (perros del hortelano), la megacoalición está para quedarse. El conflicto en el Perú sigue siendo redistributivo. Pero la élite no está dispuesta a ceder, y la confrontación está todavía por venir.
El empresariado local, como siempre, asumiría su papel histórico de socio menor del capital trasnacional, brindando su valioso aporte de “gran conocedor del mercado peruano”. Así, abogados, ingenieros, presidentes del directorio, gerentes generales, mandos medios, empleados, proveedores, etc., podrían ganarse la vida en las empresas que llegaban. La inversión da trabajo. Claro que con sueldos abismalmente diferenciados entre los que mantienen la articulación con el capital, y los que son empleados locales de estos últimos.
Desde entonces hasta la fecha, casi veinte años después, los resultados del modelo neoliberal en el Perú son sorprendentes. Más allá de los indicadores repetidos hasta la saciedad como el crecimiento económico, el boom de la construcción, los aportes de la minería, el grado de inversión, etc.; basta hacer memoria para admitirlo: el Perú del 2008 está mejor que el de comienzos de los noventa.
No hay que ser, sin embargo, tan entusiasta. Los índices de pobreza se han movido muy poco, crecen las utilidades y los salarios se estancan, la infraestructura es deficiente, los servicios estatales son pésimos, etc. Es decir, no hay mejoras en el problema principal del Perú: la desigualdad. La desigualdad ha empeorado con el neoliberalismo. Otra vez no es necesario recurrir a las cifras sino a un ejercicio: pensar en Asia, los Audis, las camionetas, La Planicie, el Markham; y luego pensar en Huancavelica, Pamplona, los dateros, Essalud, la educación rural, etc.
La megacoalición reaccionaria es la gran franja en la élite peruana que se ha privilegiado a lo grande con el neoliberalismo y no tiene ninguna voluntad redistributiva a la fecha. Más aun, sus integrantes darán batalla contra cualquier iniciativa distributiva que trascienda el nivel discursivo, o pase el límite de solo echarle la culpa al Estado. En ese punto, desaparecen las diferencias entre fujimoristas, apristas, pepecistas, castañedistas, accionpopulistas, que se pelean por ocupar los cargos que administren el gran negocio y administrar el presupuesto público, y en el marco de esa pelea se ven las denuncias, acusaciones, pujas, etc. Pero la pelea no es, nuevamente distributiva.
La diferencia con los ochenta y antes, además del modelo económico, está en que en la oficialidad ya no existe la izquierda ni las posiciones progresistas. Fuera de la megacoalición están los caviares y los subversivos.
Entre los caviares están las ONG, los universitarios y en general cualquiera con preocupaciones humanistas, sociales, artísticas y que se sienta asqueado por el festín desigual. Pero no nos engañemos. Los caviares somos (además de desorganizados) buenos para la crítica y malos para la gestión. Los caviares no merecen gobernar el país, como parecen creer algunos entusiastas, ahora del otro bando. Por algo están donde están electoralmente, los votantes no son tontos.
Los subversivos son más y más a la izquierda. No digo subversivos porque sean realmente subversivos, sino porque es como se les pinta y se les considera desde las orillas desde la megacoalición (igual pasa con el término caviar). Me refiero aquí a los Humala, los cocaleros, el SUTEP, los que tiran piedras en las marchas. Los que tienen razón en sus quejas, pero que tampoco podrían gobernar bien el país: por falta de capacidad, organización, improbable honestidad, entre otros. Pero a diferencia de los caviares, sí podrían ganar las elecciones, como casi ocurre en el 2006.
Termino con el giro necesario para completar grosso modo la idea: lo de megacoalición reaccionaria viene porque, ante la posibilidad de perder el modelo neoliberal (festín desigual), la megacoalición es capaz de sacar las garras y reprimir con vehemencia a quienes se oponen al "desarrollo nacional" (perros del hortelano). Y así se privatizan los puertos a la mala, se declaran los proyectos mineros de “interés nacional”, se golpea al SUTEP, se vende la selva, se desconocen las marchas, se deja a Cusco sin APEC, etc.
Con la alianza estratégica con el gran capital, y los problemas de los caviares y subversivos (perros del hortelano), la megacoalición está para quedarse. El conflicto en el Perú sigue siendo redistributivo. Pero la élite no está dispuesta a ceder, y la confrontación está todavía por venir.
Si cree que la pesadilla de la elección pasada está superada, se equivoca. La próxima elección será más polarizada aún.
¿Alex Kouri o Antauro?
¿Alex Kouri o Antauro?
6 comentarios:
La pelea de fondo no es si este grupo de la coalicion es historicamente mas o menos la misma elite, ni tampoco si los caviares deberian estar en el poder o si lo merecen, lo que rescato del post es la falta de una ideología redistributiva en el gobierno. Eso es lo que falta y ahí le das en el clavazo, combatir la desigualdad de una manera mas clara... y para que los reaccionarios no nos tilden de revolucionarios... redistribucion sin ahuyentar la inversion extranjera y nacional.
La única que tengo es que entonces serían tres grupos, los de la coalicion, los revolucionarios y los caviares. Lo que no me queda claro es, por ejemplo, donde están aquellos como los nuevos empresarios, como los empresarios de la nueva clase media del cono norte. No creo que sean ninguna de los tres categorías, aunque tampoco deben faltar sus reaccionarios entre los nuevos empresarios (salió en verso sin esfuerzo).
Caviar reaccionario
Màs que un comentario articulado, elijo la reacciòn intestinal, el mero vòmito de ideas.
Vòmito 1: Los indiferentes polìticos.
Son los que dicen haber tirado la toalla y sienten que su situaciòn va a seguir siendo la misma, gobierne quien gobierne. Hartos de las coimas, robos y desilusiones optan por el egoismo. La solidaridad y la construccion de algo mejor es para ilusos -piensan frustrados. Para que seguir yendo al estadio a ver al Alianza- si estamos de cara a un mundo ya globalizado. Prefiere cambiar de canal y ver la COPA UEFA. Juega la pichanga semanal pero no sigue el descentralizado.
Vòmito 2: La globalizacion y el sueño americano, "localizado". El "Si se puede" como articulador de lo colectivo, ya no es exclusivo del Cienciano, la Davis ni el Equipo Peruano, lo usa uno mismo para levantarse de la cama en un dia de resaca brava; correr los ultimos 5 mins del match; leer los medios y aun asi seguir trabajando; o en el caso de los duraceles, para darse ànimos y tratar "hacerla" cuando se la han requetepegado.
Divagaciones producto de la indigestiòn... Me refiero a la crisis de los partidos, que Paniagua, Villaràn y Cia no se unieran, es decir, el yoismo generalizado. La fiebre de Alan y Castañeda, del cantante del grupo, los dirigentes de futbol y alcaldes. La pugna por el estrellato, la polarizacion a lo largo del camino y como consecuencia, la desconfianza generalizada.
Vòmito 3: La coalicion invisible y el petròleo en alta mar
El poder no yace en los partidos y ni siquiera en los estados. Republicanos, demòcratas y apristas son tìteres con distintos disfraces. La èlite ha tendido sus redes mas allà de la jurisdicciòn de los partidos y paises, son los individuos hechos empresas que sacan el petròleo fuera del dominio de los Estados.
Mientras tanto Alan ratifica un TLC para fortalecer un règimen forestal en el que no cree ya que en El Hortelano I y II propone derribarselo; promete Sierra Exportadora y luego Majaz (con su consulta ciudadana y el proyecto de ley que declara 20 proyectos mineros como de interès nacional de por medio); promueve los biocombustibles y dicta normas para ello pero al acercarse el ALC UE dice que sembrar palma aceitera es inmoral; habla de indigenas no conectados mostrando el maximo desconocimiento de los pueblos indigenas en aislamiento voluntario pero por otro lado el Peru firma la Declaracion de la ONU sobre los derechos de los pueblos indigenas; la lista sigue...basta con mirar los medios aliados y uno no puede dejar de pensar en los titiriteros.
Lokal,
Lo irònico es que a pesar de toda la parafernalia circense y la incongruencia sin escapatoria, cuando llegue el pròximo partido del mundial me seguirè ilusionando. Tal vez incluso me ponga mi camiseta. La necesidad de pertenencia, aclama. Al igual que en las tribunas, los consumidores y los votantes al elegir nos situamos en el poder por breves minutos pero parecemos olvidarnos. Kouri y Humala: escupo un poco de saliva y me limpio la boca con la manga de la chompa. Suficiente vòmito antes de empezar el fin de semana, tal vez otro dìa, cague propuestas.
PD. Guardando las diferencias entre ambas realidades.
Una reconocida economista me comentaba hace unas semanas que Estados Unidos es uno de los paìses màs desiguales en tèrminos distributivos. Decìa que esta desigualdad es socialmente aceptada y justificada por el sueño americano. No se si esto tiene algo que ver con el empresario de Comas que menciona Mayu.
Unos datos para completar el post de local. Son datos de hace algunos años pero creo que igual sirven. ESi tomamos como año base 1994 y asumimos que tanto Ejecutivos, Empleados y Obreros ganaban igual a 100 cada uno; las cifras del 2003 fueron las siguientes: Ejecutivos 151, Empleados 106 y Obreros 87. Es decir que en 9 años los ejecutivos o "los socios menores del capital transnacional" vieron aumentar sus salarios en 51%. Mientras que en el mismo periodo los obreros vieron DISMINUIR su salario en 13%.
Y luego quieren hacernos creer que el problema es "que los ministros no saben comunicar" , cuando el problema real es el viejo problema de la DISTRIBUCION DE LA RIQUEZA.
P.D: La fuente pa quien le interese es el libro de Oscar Ugarteche. Adios Estado, Bienvenido Mercado. Fundacion Frederich Ebert. Lima, 2004. p. 65
Me has hecho recordar los comentarios del periodista Vallejo en el París de entre dos guerras, quien escribía que cada vez los autos salen de las fábricas más modernos y brillantes para que los que se suicidan por hambre se tiren bajo sus ruedas" o algo así. Y al Arguedas que decía en una entrevista en el periódico, por 1964, por allá, que "en la época de los zares de Rusia había menos distancia entre el zar y un mujik que la que hay ahora entre el presidente de una trasnacional y un campesino de los andes peruanos". Cito de memoria, pero el caso es recurrente.
Como mola. Estoy de acuerdo.
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