jueves, octubre 04, 2007

Salvemos Candamo

De zona intangible a proyecto de “interés nacional”: La reducción del Parque Nacional Bahuaja Sonene


Si fuese encontrado un yacimiento petrolero debajo de Macchu Picchu ¿usted estaría de acuerdo con su explotación? ¿Permitiría que el Taj Mahal, el Coliseo de Roma o las Pirámides de Egipto dejen de ser protegidos porque se encontraron indicios de yacimientos de hidrocarburos en el subsuelo? Lo más probable es que la mayoría de peruanos y ciudadanos del mundo respondamos con un rotundo NO. ¿El aumento en el precio de los barriles de petróleo lo haría cambiar de opinión? Nuevamente, la mayoría respondería negativamente. ¿Por qué? Porque no todas las decisiones pueden tomarse siguiendo criterios económicos de corto plazo, y porque hay ciertas cosas- como aquellas que forman parte de nuestra identidad y orgullo nacional, o como nuestro valioso patrimonio natural- que sencillamente no pueden ser negociadas.

No obstante, recientemente en el Perú, uno de los 17 países considerados como megadiversos, ha sido presentado un proyecto de ley en el Consejo de Ministros que propone recortar en 209,782 has el Parque Nacional Bahuaja Sonene, una de las áreas emblemáticas del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado – SINANPE, (que incluye la cuenca del río Candamo). El proyecto, que será enviado al Congreso de la República para su debate y probable aprobación, tiene como objetivo facilitar el aprovechamiento de hidrocarburos encontrados en el área, en contra incluso de la opinión técnica de la Intendencia de Áreas Naturales Protegidas del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) el ente responsable de la gestión del SINANPE.

La zona de protección estricta del Parque Nacional Bahuaja Sonene es el equivalente, en términos naturales, a lo que representa al Perú el santuario histórico de Macchu Picchu en términos de patrimonio cultural. Así como en el año 2007 Macchu Picchu fue elegido como una de las siete maravillas del mundo, en el año 2002 el Parque Nacional Bahuaja Sonene fue elegido por la prestigiosa National Geographic Society como uno de los siete santuarios emblemáticos del planeta. ¿Debemos permitir que la extensión del Parque Nacional Bahuaja Sonene sea reducida para facilitar la exploración y futura explotación de hidrocarburos? Nosotros estamos rotundamente en contra de esta posibilidad, y en ese sentido creemos necesario resaltar algunos elementos cruciales que sustentan esta posición.


a. Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) no se establecen por capricho y tampoco de la noche a la mañana
Las ANP se establecen mediante Decreto Supremo como resultado de un proceso que incluye la elaboración de un expediente técnico que permite conocer la importancia del área en términos de diversidad biológica y cultural. Dicho proceso incluye un importante componente de consulta ciudadana.

De acuerdo al marco jurídico vigente, la reducción física de las ANP debe hacerse a través de una ley, vale decir, una norma de mayor rango que un Decreto Supremo. Así, para la reducción de un ANP la legislación exige el cumplimiento de condiciones mayores que para su establecimiento. Bajo esta lógica, si para establecer un ANP se exige la elaboración de un expediente que sustente técnicamente la propuesta y que se lleve a cabo un proceso de consulta, la reducción de estas áreas debería cumplir, por lo menos, con las mismas condiciones. Así, se debería contar con una propuesta técnica que justifique la decisión de reducir la extensión del parque, y que sustente que esa porción del área ya no es importante para la viabilidad e integralidad del parque y que por lo tanto no vulnera el Patrimonio de la Nación, representado por el Parque Nacional. ¿Cuáles son los criterios técnicos que sustentan la propuesta de reducir en 200,000 has la extensión del Parque Nacional Bahuaja Sonene? Ninguno, simplemente la potencial oportunidad de aprovechar hidrocarburos. Si eso justifica dar marcha atrás en la protección de nuestro patrimonio, en principio no habría impedimentos para que este gobierno varíe la condición de Machu Picchu o las Líneas de Nazca para obtener petróleo.

El punto es que aun cuando existan hidrocarburos en el parque, la reducción se plantea sobre un área que por su naturaleza de protegida tiene un reconocimiento constitucional. Este es Patrimonio de la Nación, es decir, de todos los peruanos, y por ello, como lo reconoce la ley, ha sido creada con carácter permanente y no en función de los flujos del mercado. De aprobarse este proyecto, todo el SINANPE quedaría desvirtuado, ya que la condición de áreas naturales protegidas podría variar en caso se encuentren hidrocarburos. Si su condición depende de la presencia de petróleo, ¿qué tienen de protegidas estas áreas?


b. La Zona de Protección Estricta de un Parque Nacional es precisamente la más importante

Si el Sistema de Áreas Naturales Protegidas por el Estado fuera un museo que exhibe a las ANP del Perú, los Parques Nacionales serían las salas más importantes del museo, y las zonas de protección estricta, los cuadros más importantes de cada una de esas salas. Es por ello que se les otorga una mayor protección estableciendo sobre ellas mayores restricciones de uso. Efectivamente, los Parques Nacionales son la categoría emblemática más importantes del SINANPE, y es por ello que son clasificadas como áreas de uso indirecto y que tienen el carácter de intangible. Ello implica en la práctica que en esas áreas no se pueden llevar a cabo actividades de aprovechamiento de recursos naturales no renovables. En otras palabras, la ley establece que en los Parques Nacionales no se puede llevar a cabo aprovechamiento de hidrocarburos y menos aun en sus zonas de protección estricta.

Estas zonas de protección estricta son el corazón de los parques, y eliminarlas o desafectarlas implica un riesgo gravísimo a la viabilidad de la totalidad del parque, viabilidad que se refiere a que esos espacios sigan permitiendo la sostenibilidad de su diversidad biológica e importantes servicios ambientales. Respecto a la diversidad biológica, es necesario mencionar que en Bahuaja Sonene se han registrado 1088 especies de fauna, de las cuales 18 son endémicas y 35 son vulnerables (3 en peligro, 6 raras y 26 propiamente vulnerables), entre las que se encuentran el oso de anteojos, el lobo de río, el águila arpía, entre otros. Entre los servicios ambientales del Parque tenemos, en el nivel local, la provisión de agua limpia; y en el nivel global y con una perspectiva de mucho mayor largo plazo, la captura de carbono. Precisamente en el momento en que se abren posibilidades de negociación de venta de carbono proveniente de ecosistemas prístinos como Bahuaja Sonene, la decisión de recortar el parque es un suicidio ecológico y económico.


c. Una decisión política, ecológica y económicamente errada

Las ANP forman parte del Patrimonio de la Nación, ya que son bóvedas naturales en donde protegemos la diversidad biológica, nuestra principal fuente de oportunidades para el presente y el futuro. Es por ello que la Constitución establece el mandato legal de protegerlas. Al mismo tiempo se ha desarrollado una extensiva legislación para regularlas, suscribiendo el Perú una serie de convenios y acuerdos internacionales como el Convenio de Diversidad Biológica en las que se compromete a protegerlas y gestionarlas adecuadamente. Pero no solo eso, el mismo TLC en el Capitulo 18.3 del Protocolo de Enmienda señala que las partes reconocen como inapropiado debilitar o reducir las protecciones ambientales con el fin de promover inversiones. Como sabemos, el Partido Demócrata de los Estados Unidos aceptó levantar su oposición al TLC con Perú bajo la condición de que se fortalezcan los compromisos laborales y ambientales al tratado.

Levantar el estatus de protección de la cuenca del Candamo podría provocar su inmediata invasión por mineros y madereros ilegales. Esta invasión, sumada a la extracción formal de hidrocarburos, dañaría no solo el medio ambiente sino también a las poblaciones locales que se benefician de los recursos alimenticios y agua a lo largo del Bajo Tambopata e incluso en la ciudad de Puerto Maldonado. Los beneficios por concepto de canon que tendría la explotación de hidrocarburos en la zona no pueden ser eternos- y nada garantiza que serán bien aprovechados- pero los daños ecológicos y sociales al Parque Nacional Bahuaja Sonene sí podrían ser permanentes.

Finalmente, debemos mencionar que la elaboración de este proyecto se produce en el contexto de una tensión mayor entre las industrias extractivas y las organizaciones que velan por el respeto al medio ambiente en el país. Esta tensión no debe convertirse en un entrampamiento permanente y de suma cero para ambas partes, sino que debemos aspirar a explotar nuestros recursos naturales en un patrón de desarrollo sostenible. Exigir respeto a la legalidad ambiental no significa oponerse de plano a las industrias extractivas ni al crecimiento económico, como señalan los más altos representantes del gobierno. El Estado peruano debe posicionarse como el impulsor del desarrollo nacional y del cumplimiento de la ley; no es posible que pierda su autonomía y se dedique únicamente a limpiar el camino para intereses privados que, en este caso, afectan los intereses de la nación.


Conclusiones

1. Reducir en 200,000 has la extensión del Parque Nacional Bahuaja Sonene, justamente en su zona núcleo y más importante, no es una decisión que pueda tomarse en base solamente a la existencia de petróleo. Nuestra constitución y marco legal obligan a que esa decisión deba justificarse en razones técnicas que determinen que no se afectará el patrimonio de todos los peruanos.
2. El recorte de áreas protegidas en el mundo favorece el desorden social y genera una serie de externalidades que el gobierno peruano no está considerando y que posteriormente endosa a las empresas, situación reiterativa en el tema minero y petrolero y que parece no generar lecciones aprendidas.
3. Esta decisión amenaza la aprobación del TLC con Estados Unidos ya que vulnera directamente una de las cláusulas del Protocolo de Enmienda del Tratado.
4. Reducir Bahuaja Sonene es igual a decirle sí a la reducción del Santuario Histórico Macchu Picchu tan solo porque en el subsuelo hay petróleo. ¿Es esa nuestra política de largo plazo como Nación?

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(El presente documento fue elaborado por el Equipo del proyecto ACSC Perú de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental) con el apoyo de diversos expertos en materia de Àreas Naturales Protegidas (ANP). Este documento ha servido de base para el documento técnico difundido como anexo a la nota de prensa suscrita por diversas organizaciones peruanas en oposición a la propuesta de ley que pretende reducir el Parque Nacional Bahuaja Sonene en más de 200 000 has)

Equipo de la Iniciativa ACSC Perú
Octubre 2007

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo: hay que tomar el poder para que tu letra tenga fuerza. Sino, preguntale a UPP.

Loqal dijo...

yaaaaaa
cómo hacemos?

Cannabicus Prime dijo...

123 a quien le sacas?

Anónimo dijo...

amigos debemos luchar porque este proyecto de ley no pase seria muy grave no solo para el pais sino para el mundo que por culpa de unos cuantos malnacidos que solo piensan en el dinero se perdiera una belleza como candamo todos pasen la voz asus amigos y formemos una gigantesca red de defenza del candamo