lunes, agosto 14, 2006

Flamante Gobierno

Estoy impresionado con lo fufullero que es Alan García. A los mayores les pregunto: ¿era así en su anterior gobierno? Seguramente me dirán que era peor. Con el rollo de la austeridad y la pena de muerte ha desviado la atención de la gente y en muchos casos ha logrado su aprobación, mientras hace un show mediático sin precedentes. Todo el día está en la tele, ya sea en conferencias o comerciales, no sé qué tan austeros. Hasta despacha con sus ministros en vivo. Pero, por otro lado, van saliendo destapes. Ahora en la mañana Techito Bruce denunció que el gordo Garrido Lecca está empujando el programa "Agua para Todos", de una inversión estatal de 900 millones de soles por año, sin licitación. O sea, va a poner a alguno de sus patas para que haga el negocio. Esperemos que los apristas confirmen lo contrario, pero por ahora, ya debemos estar atentos.

sábado, agosto 12, 2006

calentando las municipales: augusto ortiz de zevallos

La agenda olvidada en Lima
Augusto Ortiz de Zevallos
Perú21
La situación en la ciudad de Lima no es 'color de rosa'. El ganador de las elecciones de noviembre deberá resolver muchos problemas urgentes.

Tanto si el alcalde Castañeda -que ya anunció su candidatura- vuelve a ser elegido, como si alguien le gana en la próxima elección, lo que no parece fácil, sería necesario para Lima que la alcaldía que venga sea muy diferente a esta larga actuación de caudillo solista que Luis Castañeda ha desarrollado con mucho éxito de aceptación y muy hábil manejo de su imagen personal y mediática, pero con pocos resultados sustantivos para cambiar y estructurar la ciudad de verdad.

Pues en Lima mayoritariamente se vive mal y no bien. Y hay poca noción de ciudadanía como identidad, como pertenencia, como espacio de oportunidades de desarrollo. Y es que, aunque hay un listado de obras hechas y otro esperando en maquetas alrededor del municipio, faltan proyecto urbano, identidad colectiva y esperanzas de que las cosas vayan mejor. Lima es inevitable más que estimulante, es desigual y segregada, donde cada uno está a la suya.

En Lima, por ello, y según las encuestas, se quieren ir a vivir a otro lugar muchos más pobladores que todos esos que aprueban esta gestión edil que, sin duda ni mezquindades, es esforzada y políticamente inteligente, pero que es decepcionante si se la mira con atención y se hace un balance serio y no triunfalista de sus logros, de sus abandonos y olvidos. Ayudemos a establecer esta agenda para las elecciones que ya llegaron y que arriesgan, una vez más, ocurrir sin ella y que se tenga que elegir sin debatir.

Al cabo de cuatro años, muy poco ha avanzado la ciudad en temas axiales y sustantivos: el transporte es un caos con 430 líneas de combi convalidadas y taxis anárquicos, mientras el reiterado anuncio de que ya parte el tren nunca fue verdad y mientras se ha postergado los ómnibus para que los pague el que venga; la seguridad, que no hay, en niveles suficientes; el orden urbano, que tampoco.

Tampoco hay un verdadero plan urbano que anticipe y canalice el crecimiento metropolitano y que induzca inversión privada estratégica en expansión urbana, pese a que ello es urgente y está absurdamente postergado. La enorme ciudad de hoy se rige con modelos estudiados y adoptados en los 80, cuando Lima era otra y sus 'conos' eran efectivamente conos y no nuevos centros, como deben ser ahora. Ese plan nuevo que no hay hace que lo que hay sean caducos modelos de un solo centro y una enorme periferia, modelos desiguales y excluyentes, que ya no se corresponden con la ciudad viva, potencial y emergente de hoy, donde las antiguas periferias no necesitan paternalismos sino herramientas de cambio y desarrollo.

El municipio no orienta, ni canaliza, ni orquesta desarrollo. Postergar el plan para facilitar el caudillismo y el clientelismo político es parte de los olvidos y abandonos. No haber asumido la dimensión regional, también, pues Lima ya tiene esa escala. Hacerlo ahora es impostergable.

Sin afrontar este nuevo escenario y sin crear una nueva estructura metropolitana en un plan verdadero, tan solo se ha hecho, para responder a muchas presiones de cambio e intereses locales, el recalentamiento de las viejas zonificaciones distrito por distrito, como si Lima fueran 42 realidades y no una. Ninguna metrópoli puede entenderse así.

No se ha conseguido ni organizado que la ciudad sea más homogénea, que haya más inclusión y menos exclusión, que se induzca recalificaciones en sus viejas periferias. Aunque sí debe reconocerse el acierto de Castañeda en atender a toda la metrópoli, corrigiendo el error de la segunda gestión de Andrade vuelta a centrar en el centro.

Y que las muy abundantes escaleras amarillas y algunas vías e intercambios ayudan mucho a acercar el centro desbordado y la periferia perpetuada. Pero eso no basta. Así no se consigue crear las nuevas centralidades y los polos de desarrollo que son posibles si se afrontara planes integrales y no solo obras civiles.

Tampoco, evidentemente, se ha alentado que la Costa Verde, que el río Rímac y el Centro de Lima sean los espacios valiosos atractivos y para todos que debieran ser, como corresponde a su naturaleza de espacios estratégicos.

Veamos sus crisis y abandonos negligentes. En la Costa Verde, el Municipio de Lima ha renunciado absurdamente a sus indispensables competencias de orquestar un patrimonio metropolitano y permite, en silencio, los abusos autistas y rentistas, con proyectos mediocres, de un municipio que se salta la razón y las leyes (según la Contraloría, los colegios de arquitectos e ingenieros y la opinión mayoritaria).

En el río Rímac no se ha afrontado el proyecto mayor de canalizarlo y de reestructurar así su suelo estratégico para recuperar el centro, aunque sí se ha hecho algunas acciones locales, más escenográficas que sustantivas.

Y en el Centro Histórico pasa algo análogo; su crisis social, edilicia y de precariedad física de edificaciones ha crecido, y hay ahora más de un millón y medio de metros cuadrados sin usar porque se han ido de ellos todos los usos que han podido, ya que el centro hoy no es atractivo ni para vivir ni para trabajar.

Sí se ha hecho esfuerzos para facilitar licencias y algunas acciones aisladas o puntuales de mejora, pero estas evidencias de crisis no se responden y se pretende que obras como el túnel de Grau van a paliarla o resolverla, lo que no es verdad. Muy poca vida local, carencia de calidades.

El llamado Cercado, reveladoramente, es casi el único distrito de Lima donde Mivivienda tiene muy pocos resultados que mostrar, y ello porque el centro no se ha gestionado y no se ha vuelto atractivo. Urge repoblarlo y redinamizarlo. No se lo ha hecho. El distrito central, del cual el alcalde metropolitano de Lima es también alcalde, está en crisis y nadie responde por él.

Aunque se diga que la reelección es segura, hay pues objeciones serias e importantes al reiterado triunfalismo con el que se presenta lo hecho como exitoso e incontestable. Y habrá que ver qué se propone contra el continuismo y si es que los candidatos tienen propuestas verdaderas en el espacio municipal y regional o harán de las elecciones otra confrontación de personas y agresiones, como ya vimos en las elecciones generales.

Sin embargo, debo reconocer aquí que es una verdad incontrastable que los ciudadanos aprueban la gestión de Luis Castañeda Lossio. Y que este ocasional columnista, al asumir sus deberes de regidor evaluando reiteradamente esta gestión, ha hecho de solitario aguafiestas, aunque los argumentos dados rara vez han sido respondidos con argumentos y sí con asedios.

Sabemos que si no hay propuestas verdaderamente alternativas, los números dicen que Castañeda volverá a ganar, y si ello ocurre, yo sé que estas nuevas reflexiones serán, una vez más, tan inútiles como han sido desoídas. Este gobierno municipal se proclama exitoso y su autocomplacencia es impermeable.

Argumentos hay para ello en nuestra política caudillista. Según todas las encuestas, el público se da por satisfecho con el indudable esfuerzo cotidiano, el adecuado reordenamiento administrativo y tributario y una acertada gestión del día a día y con la imagen muy bien cuidada de un alcalde chambero, austero y empeñoso.

Quien además ha puesto su firma en miles de letreros, así como el nombre de su partido político a casi todos los programas municipales (hospitales solidarios, escaleras solidarias, canchitas deportivas solidarias) y el distintivo color amarillo a todo lo que pudo (chalecos, puentes, plazas) y hasta sus símbolos de soles en los peajes. Castañeda es un notable político.

Y es innegable que esta eficaz parafernalia le ha funcionado políticamente bien. Hace un liderazgo asistencialista e iluminado, muy atento a los símbolos e íconos mediáticos, y que está muy lejano de lo que esperamos en una democracia verdadera. Sin convocar asambleas metropolitanas, sin coordinar con distritos, sin consultar las obras o las prioridades, y sin hacer del Concejo un foro con fueros. Más bien, un coro y un eco.

Y sin haber un verdadero debate municipal, ni oposición verdadera, las opciones que Lima tendría aquí y ahora de ser distinta y de construir futuro, en vez de insistir y justificar más de lo mismo, sin duda todavía no han gravitado.

Que otros analistas psicológicos infieran si ello se debe a pesimismos o derrotismos, a una especie de "no se puede" como el que tenemos con el fútbol, al cabo de tantas derrotas, de crisis tan largas y de las mismas caras y barrigas dirigenciales.

La prueba de que sí se podría está en el caso analogable y próximo de Bogotá, como ha testimoniado Rafo León en su bonito programa viajero. Allí sí se recuperó el centro (La Candelaria) para la cultura y la vida ciudadana, mientras aquí se despreció y desmontó la actividad cultural. Y allí también se afrontó el caos y se ordenó el transporte. Y ya en cualquier parte de Bogotá se está incluido y no excluido de las oportunidades que la ciudad allí (por ello) da, como aquí (por faltar ese orden) las niega. Allí hay ciudadanía; aquí cada uno a la suya.

Ojalá, por la ciudad, que hubiera cambios, incluso si el que los protagoniza es el propio Castañeda, que debería cambiar, como otros lo están haciendo. Los ciudadanos lo merecen y pronto lo exigirán. Como lo exigieron en las elecciones generales.

En Lima y en el Perú, con una ley que ha vuelto a los regidores y al Concejo ornamentales, los ciudadanos padecemos nuestro caudillista modelo de municipios que convierte al alcalde casi en dueño absoluto de lo que la ciudad hace: proyectos, obras, programas, prioridades, dándole mayorías desmedidas que vuelven al Concejo a veces una mesa de partes (o partos) sobre decisiones ya adoptadas.

Dependerá así solamente del alcalde que gane si cuatro años más servirán para más de lo mismo. Sería un serio error. Quizá para evitarlo, el tema de los concejales jóvenes sería un estímulo. Hagan juego, señores políticos. La ciudad, lamentablemente, es de ustedes. Y algunos técnicos como este, al cabo de estar de más, nos vamos a nuestra casa.

miércoles, agosto 09, 2006

Martha Hildebrandt por César Hildebrandt

Qué fuerte. Igual, la tía me parece despreciable y todos los periodistas la consideran una especie de gurú.

http://www.laprimera.com.pe/noticia.php?IDnoticia=27940

Hermanita Querida
Por César Hildebrant

La doctora Martha Hildebrandt Pérez Treviño -es decir una de las hijas con que mi prolífico y algo distraído padre aderezó el mundo- se ha sentido ofendida por lo que escribí de ella en este diario acogedor que me aguanta y que encima me paga.
No veo por qué ofenderse, hermanita, cuasi hermana, sacha hermana, semi frattella, half sister.
Sólo dije lo que de ti piensa todo el mundo: que eres una oportunista de siete suelas, una rabona que va mudando de paisaje pero no de oficio a medida que las tropas avanzan y cambian los generales pero no tu arrastradera.

Y que, además, eres la única parlamentaria virgen en cuanto a proyectos de ley presentados -has tenido el morro de no presentar ninguno- y una de las más recalcitrantes cobradoras del bono de escolaridad cuando lo cierto es que tu única hija limita ya con la menopausia.

Fuiste la amante reseca del general Velasco mientras te dio trabajo. Cuando fue derrocado te olvidaste de él y merodeaste por la casa de Morales Bermúdez, que tenía órdenes de no darte bola.

Durante el segundo belaundismo te recluiste en casa a ver telenovelas y a botar sirvientas. Fue en esa época que le dijiste a tu hija que la solución para el Perú era “la bomba cholónica, el equivalente nacional de la bomba neutrónica”.

Matibel, tu única hija felizmente, lo contaba muy divertida, así como contaba lo maravillosa madre que fuiste al enterarte de que ella estaba en cinta la mismísima noche en que dio a luz a Nadiana allá en París.

-Mi madre dice que habría que poner a un millón de indios en el zanjón y lanzar una bomba atómica. Sería la bomba cholónica -contaba Matibel doblándose de la risa.

No se doblaba de la risa sino que se le abrían los ojos cuando contaba lo afortunada que eras teniendo una cuenta off shore en un paraíso fiscal para no pagar impuestos en el Perú.

Y se le abrían más los ojos cuando contaba cómo el banco tonto que recibía tu guardado (jerga vieja) se equivocó un día y te abonó electrónicamente cincuenta mil dólares, jugoso error que tú no comunicaste a tu sectorista tropical y que terminó engrosando tu patrimonio. Porque hasta cajoneadora has sido, hermanita. ¡Y luego dices que a ti nadie puede hablarte de faltas éticas!

Lo que hiciste, en esa oportunidad, fue robar, dear almost sister. Y le acabas de robar ya no a un banco caribeño sino al Estado cobrando tus 16 mil soles de gastos de instalación cuando hace rato que estás instalada en la casa de 28 de Julio y en el reino de la conchudez insolente.

Esa platita de los 50 mil dólares te llegó porque así eres de suertuda, además. Bueno, para algunas cosas. Tienes la suerte, por ejemplo, de que la gente te tema por tu boquita de paltera arequipeña con prurito en el poto.

Y tienes la suerte de que los periodistas te tengan terror porque ellos hablan mal y tú bien. Porque ellos son cholos y tú blanca. Porque ellos no gritan y tú sí. Porque a ellos les asusta tu facha de ekeka de mala leche y peor uva, en suma.

Bueno, aquí hay un periodista que, más allá de las sangres en curso o derramadas, jamás te tuvo miedo. Y por eso te puedo responder como lo que -más allá de las buenas formas hasta ahora guardadas por mí- eres de modo militante e inocultable: una lingüista formidable y una persona despreciable, una filóloga eminente y una sobreviviente rastrera, una intelectual sanmarquina y una lombriz de la moral pública. Alguien tenía que decírtelo en este país de periodistas que gallinean en el corral.

Llamaste Simón Bolívar a Alan García cuando coqueteabas con el aprismo a ver si algo te ligaba. Y a Fujimori no necesitaste llamarlo Yamamoto -que se lo merecía por traidor intrínseco y gemelo de tu alma- para trepar su higuera y salir por el techo como una buganvilia maquillada al estilo noche con turistas en el Moulin Rouge.

En el muladar de Fujimori fuiste, querida Martha, barchilona con tu bacín atento, dadora de coartadas, escurridora de mocos, limpiadora de plastas, inspectora de cagarrutas perpetradas por el cholo Siura (aj), sirvienta con cama adentro para lo que mande, justificadora de los asesinatos de La Cantuta, rentada defensora de lo más zafio de la basura con galones que te pensionaba, cobardemente altiva desde el poder, calladita a la hora de perderlo aquella tarde en que te quitaron el cetro del Congreso y tú perdiste el celular que te dio el Chino (no fuera a llamar ahora que no servía para nada).

Si el apellido Hildebrandt -los apellidos los adquiere uno sin proponérselo, son etiquetas banales- vale algo, no es por ti, Marthita querida. Valdrá algo por tu hermana Esther, ser humano delicado y feliz, o sea el envés de tus reveses de bailarina andrófoba.

O valdrá algo por algunos de tus parientes, que de ti nada tienen y que deben haber sentido vergüenza -supongo yo- por lo que has hecho en estos años para conservar el chofer y las regalías, que eso es lo único que te importa.

O valdrá por mi hermana Ana María, cuya tenaz decencia va a contramarcha de tu indecoro intelectual. O, más tarde quizás, por mi hijo, un Hildebrandt Chávez buenmozo y mestizo, de esos que a ti te asquean porque te crees aria y discípula mental de Gobineau.

O por algún otro vástago que por allí saque la cara por este apellido que vino ileso de Hannover y que tú insistes en escupir diciendo que la seguridad social es para los que tengan que padecerla y que no aceptarás que te quiten el seguro privado que deberías pagar con tu sueldo.

¿Qué te has creído? ¿Es el Perú tu chacra de Paramonga, el establo que te trae recuerdos, la acequia con pichi que te parecía idílica? ¿Hasta dónde va a llegar tu talento para hacer el ridículo? ¿Tiene límites la procacidad?

Hace meses fuiste a mi programa y antes de sentarte me agradeciste por haber contratado a tu hija Matibel como productora. Siento que, al poco tiempo, tuviera Matibel que irse por una orden mía: la inteligencia, como sabrás, no se hereda inexorablemente.

En todo caso, yo ya no puedo volver a contratarla, lo siento mucho. No estoy en la tele porque la tele me echó y yo eché a la tele de mi vida.

Como te echó a ti de la suya el pobre señor Altuve, tan fino y embajador él, tan venezolano y caballero él, soportando tus berrinches de maldita a bordo y tus groserías de contralto de cocina mientras lanzabas completa la vajilla y todo lo punzocortante que encontraras a tu paso, que eso era para ti el orgasmo supremo del carácter.

Se salvó el señor Altuve. Vivió feliz lejos de ese hígado que a veces pensaba en que te habías convertido, hermanita. Por esa huida fue que necesitaste de la política. El pobre señor Altuve ya no estaba para bancarte las demasías.
Altuve debe haber muerto feliz.
Tan feliz como vivo plenamente yo, hermanita, al lado de una maravillosa mujer espléndidamente joven que suma a su inteligencia su integridad, a su talento su generosidad, a su belleza su capacidad de ser siempre coherente con sus ideas progresistas.

O sea todo lo opuesto a ti, hermanita Brujilda, escoba casi póstuma de todas las malías, Hermelinda linda, hada madrina y consejera de Dennis Falvy, marida de Lord Vader, hermanita querida, histórico mojón de la frontera con Tiwinza".

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Estos son otros articulos del chato sobre su media hermana.
"Martha Hildebrant" Julio 26
http://www.laprimera.com.pe/edicionNota.php?IDnoticia=27021&EN=495
"En Defensa del Congreso" Agosto 8
http://www.laprimera.com.pe/edicionNota.php?IDnoticia=27883&EN=511